Las voces
Pes sí, las voces. Yo soy un mandado, a mí las voces me van poniendo los títulos, esas mismas voces que saltan, brincan y rebotan en mi cabeza y me dicen:
Escribe
escribe
escribe...
La voz
La voz que se desdobla en las voces, no sólo en las que saltan, brincan, rebotan y me ponen los títulos, sino también esas otras voces, las voces que oímos, los gritos, los susurros, las palabras... Todo lo que nos trasmiten las voces, los infinitos matices de una voz amiga y...
El misterio de una voz al teléfono
Sí. Los infinitos matices de una voz amiga, y el misterio de una voz al teléfono, pero ahora tengo que hablar sólo de lo segundo.
Esa voz que oímos al teléfono y es misteriosa porque nos gusta, pero no sabemos por qué nos gusta.
Poco importan las palabras
No me conoces...
Me ha dado tu número...
¿Es a las ocho?...
Te bajas del tren en Alcobendas-San Sebastián de los Reyes...
Verás una comisaría...
Sí, la Casa de las Asociaciones...
Pregunta por...
Y lo que realmente importa es la voz, es lo que te llama a ese extraño lugar: la Casa de las Asociaciones.
Y andar buscando una voz
Y andar buscando una voz en un laberinto de calles. Y tardar una hora en darte cuenta de que ese laberinto se llama San Sebastián de los Reyes, cuando debería llamarse Alcobendas...
Y esa voz perdida
Perdida entre las voces, y alrededor una opaca niebla de ladrillo, un turbio atardecer aturdido por el terco viento, una cacofonía de cacos y mercerías, y ferreterías, y pescaderías, y unos cuantos perros, y algún gato.
Y llegar
Tarde. Siempre tarde.
Y que siempre tengas que hacer lo que te dicen las voces
Ya te digo.
Escribe
escribe
escribe...
La voz
La voz que se desdobla en las voces, no sólo en las que saltan, brincan, rebotan y me ponen los títulos, sino también esas otras voces, las voces que oímos, los gritos, los susurros, las palabras... Todo lo que nos trasmiten las voces, los infinitos matices de una voz amiga y...
El misterio de una voz al teléfono
Sí. Los infinitos matices de una voz amiga, y el misterio de una voz al teléfono, pero ahora tengo que hablar sólo de lo segundo.
Esa voz que oímos al teléfono y es misteriosa porque nos gusta, pero no sabemos por qué nos gusta.
Poco importan las palabras
No me conoces...
Me ha dado tu número...
¿Es a las ocho?...
Te bajas del tren en Alcobendas-San Sebastián de los Reyes...
Verás una comisaría...
Sí, la Casa de las Asociaciones...
Pregunta por...
Y lo que realmente importa es la voz, es lo que te llama a ese extraño lugar: la Casa de las Asociaciones.
Y andar buscando una voz
Y andar buscando una voz en un laberinto de calles. Y tardar una hora en darte cuenta de que ese laberinto se llama San Sebastián de los Reyes, cuando debería llamarse Alcobendas...
Y esa voz perdida
Perdida entre las voces, y alrededor una opaca niebla de ladrillo, un turbio atardecer aturdido por el terco viento, una cacofonía de cacos y mercerías, y ferreterías, y pescaderías, y unos cuantos perros, y algún gato.
Y llegar
Tarde. Siempre tarde.
Y que siempre tengas que hacer lo que te dicen las voces
Ya te digo.
2 comentarios
Octavia -
Perro Callejero -
Ya te digo.